Tahina casera

Tengo una mi amiga que está poniendo en duda mis conocimientos culinarios y en realidad es ella la que no se entera. Como está loca de contenta con la receta de Hummus ha decidido que en su próximo viaje a Londres comprará tahina. Pero no hace falta irse tan lejos en Barcelona y supongo que en resto de España ya es relativamente fácil encontrar este producto. Lo mejor es acercare a alguna tienda de productos árabes o a un herbolario pero cada vez se encuentra en más supermercados.

La tahina o tahini no es un producto nuevo, es un producto típico de otras latitudes. La base de su composición es el sésamo también conocido como ajonjolí. Yo no soy dietista pero he estado investigando un poco y parece que el sésamo tiene muchas propiedades, es rico en ácidos grasos insaturados y en sesamol que es antioxidante. Como desventajas provoca muchas alergias y es muy calórico.

El sésamo son esas semillitas que siempre llevan los panecillos de hamburguesa. Las hay de diferentes colores y tamaños según su procedencia. Para hacer tahina casera necesitaremos:

Ingredientes

150 gramos de sésamo sin tostar

50 gramos de aceite vegetal o agua.

Elaboración

Se tuesta un poco el sésamo en una sartén. Cuidado, el fuego no puede estar muy fuerte o empezará a saltar cómo si fueran palomitas de maíz. Cuando está dorado se retira y se muele hasta que esté completamente triturado.

Cuando lo tengamos molido se le añade agua o aceite para que nos quede como una pasta. Si lo hacemos con agua logramos que sea más ligero, 100 gramos de sésamo ya tienen unas 600 calorías así que no hace falta añadirle más. El problema es que si lo hacemos con agua tiene que ser para consumo inmediato. Si la mezcla la hacemos con aceite podremos conservar la pasta en la nevera unos dos meses.

Otros

Se puede añadir sal y zumo de limón pero cambia un poco el gusto. En algunas culturas la hacen muy espesa y le dan el mismo uso que nosotros a la mantequilla o la margarina.